El arte en evolución
Por José Gregorio León D.
Arte, una palabra tan extensa como el universo mismo, es tan sólo un término que trata de dar un nombre a todo lo que está creado y que se proyecta desde la más profunda raíz del sentimiento de un ser, y que puede ser detectado por los sentidos. El canto del grillo, el maullido del gato, el sonido de la piedra sobre el agua, los colores del cielo que cambian a cada segundo, el subir y bajar de las mareas, el sutil sonido de un instrumento, la pincelada sobre el soporte, la nota que sale de la garganta, la luz del sol, el color de los planetas, los ojos del anciano, la sonrisa del loco agradecido, todo esto que expresa un sentimiento, es arte.
Por eso pienso y considero que el arte es evolución, que no se queda quieto, que a veces toca cosas, recicla objetos, pero siempre y cada vez que se expresa de nuevo es novedoso, gusta, clama, exulta, araña el alma del ser humano, causando algún tipo de reacción, moviéndolo.
Insisto: el arte es evolución. Aún comemos en platos, con cucharas, nos vestimos, nos bañamos, nos casamos, nos juntamos, aún nos enamoramos, y miramos al cielo, soñamos con ser padres y madres, hijos e hijas; respiramos, vamos al baño, soñamos con ser Pavarotti, o Vicente Fernández, o Shakira, o Hany Kahuan; soñamos con ser Velásquez, o Diego Rivera, o Augusto Rodin, o Frida Kahlo, o Arturo Michelena, soñamos con ser super héroes, con ser próceres de la independencia, con ser Marcel Marceau; quisiéramos ser como Cristiano Ronaldo, o Benzemá, o ser de la Vinotinto; muchos sueñan ser ministros, alcaldes, o simplemente con ser personas felices, y aunque los sueños se asemejen a los que hombres y mujeres han tenido, la variación de cada época va adoptando una postura ante la vida. Todo esto, siendo cultura, influye sobre el arte, lo evoluciona, y en algunos casos involuciona. En cualquier punto de vista que sea, el arte produce un cambio, y ese cambio lo percibimos nosotros, y también lo provocamos.Quiero, amiga y amigo lector, que no se limite, y se de cuenta de una vez por todas, que el arte es parte de su vida, y aunque sea una ilusión o parezca una mentira, de todas estas apariencias, el arte es la más hermosa y las menos dañina.
Arte, una palabra tan extensa como el universo mismo, es tan sólo un término que trata de dar un nombre a todo lo que está creado y que se proyecta desde la más profunda raíz del sentimiento de un ser, y que puede ser detectado por los sentidos. El canto del grillo, el maullido del gato, el sonido de la piedra sobre el agua, los colores del cielo que cambian a cada segundo, el subir y bajar de las mareas, el sutil sonido de un instrumento, la pincelada sobre el soporte, la nota que sale de la garganta, la luz del sol, el color de los planetas, los ojos del anciano, la sonrisa del loco agradecido, todo esto que expresa un sentimiento, es arte.
Por eso pienso y considero que el arte es evolución, que no se queda quieto, que a veces toca cosas, recicla objetos, pero siempre y cada vez que se expresa de nuevo es novedoso, gusta, clama, exulta, araña el alma del ser humano, causando algún tipo de reacción, moviéndolo.
Insisto: el arte es evolución. Aún comemos en platos, con cucharas, nos vestimos, nos bañamos, nos casamos, nos juntamos, aún nos enamoramos, y miramos al cielo, soñamos con ser padres y madres, hijos e hijas; respiramos, vamos al baño, soñamos con ser Pavarotti, o Vicente Fernández, o Shakira, o Hany Kahuan; soñamos con ser Velásquez, o Diego Rivera, o Augusto Rodin, o Frida Kahlo, o Arturo Michelena, soñamos con ser super héroes, con ser próceres de la independencia, con ser Marcel Marceau; quisiéramos ser como Cristiano Ronaldo, o Benzemá, o ser de la Vinotinto; muchos sueñan ser ministros, alcaldes, o simplemente con ser personas felices, y aunque los sueños se asemejen a los que hombres y mujeres han tenido, la variación de cada época va adoptando una postura ante la vida. Todo esto, siendo cultura, influye sobre el arte, lo evoluciona, y en algunos casos involuciona. En cualquier punto de vista que sea, el arte produce un cambio, y ese cambio lo percibimos nosotros, y también lo provocamos.Quiero, amiga y amigo lector, que no se limite, y se de cuenta de una vez por todas, que el arte es parte de su vida, y aunque sea una ilusión o parezca una mentira, de todas estas apariencias, el arte es la más hermosa y las menos dañina.
Comentarios
Publicar un comentario